No salgas de tu zona de confort
Artículo original publicado en el diario REGIÓ 7 el 30 de abril de 2021
Zona de confort es un tópico que se utiliza a menudo y mal. Lo utilizo con mucha prudencia en mis sesiones por miedo a provocar lo contrario de lo que quiero conseguir. El tópico quiere expresar que «para obtener un resultado diferente, tienes que hacer las cosas de otra manera». No corregiré ni la coma al autor de esta frase, Einstein. El problema es que confundimos rutina, resultado, confort, esfuerzo y sufrimiento.
El significado de la palabra confort en un contexto de cambio es relativo. Cuando una corredora entrena la maratón, su zona de confort no se encuentra en el sofá de casa, al contrario, la vive en el esfuerzo y sudor diarios y al imaginar un mejor resultado en la competición. Me puedes decir que si no se exige a sí misma superar sus límites, no conseguirá un cambio en el rendimiento. Es cierto, pero no es necesario que salga de su zona de confort porque ya ha incorporado allí a su entrenamiento como una actividad agradable, positiva e incluso necesaria, incluso la echa de menos cuando no la puede desarrollar.
Me impresionó el documental «Path to Everest», protagonizado por Kilian Jornet en el que declara que ya se estaba preparando a los 3 años para conseguir esa increíble hazaña. Parece que durante toda su vida, Killian ha intentado quedarse en su zona de confort, que es correr por las montañas y este ha sido un factor clave de su éxito.
He participado en el éxito de profesionales en diferentes sectores y observo un común denominador en los que han satisfecho sus deseos: que se lo «pasan bien» preparándose, superando las dificultades. Es decir, han logrado convertir el camino a su éxito en una zona de paso confortable.
Otro paradigma radicalmente opuesto sería el de «La letra con sangre entra», frase popularizada a partir de una pintura de Goya en la que el genio aragonés describe una escena donde el maestro castiga a un alumno con las nalgas al aire. Es una dura crítica al sistema educativo de finales de siglo XVIII basado en el castigo ¿o tal vez podríamos decir en sacar de la zona de confort a los alumnos?
De acuerdo, ahora he exagerado. Pero créeme, si quieres ayudar a alguien, por favor, inicia el acompañamiento desde la emoción del reto, el juego, la pasión, haz que se sienta confortable en el camino, no lo golpees de entrada con la amenaza de ir a un lugar desconocido y peligroso, fuera de su zona de confort.
Los mejores entrenadores y coaches tienen la habilidad de trazar retos y nuevos hábitos saludables ampliando las zonas de confort de sus jugadores o clientes para que puedan disfrutar del camino y al mismo tiempo hacerlo sostenible.
Allen Car, El autor del libro «Dejar de fumar es fácil si sabes cómo», ayudó a más de 10 millones de personas adictas al tabaco a dejar de fumar sin sufrimiento, a mí también, hace ya quince años. Caro predicaba: «Fumar puede ser un placer efímero, pasajero y momentáneo, pero dejar de fumar es una satisfacción plena, permanente en el tiempo». Recuerdo con agradecimiento infinito que su libro me preparó para encontrar mi verdadera zona de confort, a cambiar desde el disfrute. Hasta el momento me preparaba a vencer la adicción con sufrimiento. Este libro de color verde me hizo sentir el síndrome de abstinencia como una señal agradable que me recordaba que ya no volvería a fumar nunca más.
Pruébalo: intenta no salir de tu zona de confort, hazla más grande y poderosa aún incluyendo tus valores y tus sueños y disfruta más que nunca.