El Principio de Peter, cuando la promoción es incompetencia
ARTÍCULO TRADUCIDO AL ESPAÑOL:
El principio de Peter o el ascensor de la incompetencia
Una señora que quería comprar un loro entró a una tienda de animales:
-Señora: Quiero un loro, muéstrame los mejores que tengas.
-Vendedor: Un momento. (En pocos segundos apareció con tres jaulas en la mano).
-S: A ver, cuánto cuestan?
-V: El primero mil, el segundo dos mil y el tercero cinco mil euros.
-S: Caramba, ¿Y por qué son tan caros?
-V: Este loro habla cinco idiomas y tiene nociones de Windows.
-S: Extraordinario!, y el segundo?
–V: Domina cinco idiomas, Windows y sabe programar PHP.
-S: Esto es increíble. ¡Estoy impresionada! ¡No me puedo ni imaginar las capacidades del loro que vale 5.000 Euros!
–V: Francamente, chapurrea como una cotorra, y no muestra ninguna habilidad, pero los otros dos loros lo llaman jefe.
Liderar no es saber más que los demás, ni destacar en clase de idiomas. Las competencias técnicas son muy valiosas, pero menos exclusivas que las del / la verdadera líder. Para los que nos dedicamos a los asuntos humanos, el liderazgo es como la fuerza de gravedad para los físicos: saben cómo actúa, pero ni la mecánica cuántica puede todavía unificar las teorías que intentan explicarla del todo.
Ahora me diréis que exagero, y tenéis razón: un/a buen/a líder no puede ignorar las capacidades de sus equipos, pero no obtendrá la fuerza del liderazgo de ese conocimiento, al contrario, promoverá y reconocerá las competencias de los otros, deseando que superen las suyas lo antes posible.
En 1969, Laurence J. Peter, pedagogo de la University of Southern California, escribió un libro que tituló -en un ataque de autoestima-»The Peter Principle» (El principio de Peter, ed. Debolsillo). Recoge su famoso principio: «En una organización las personas que hacen bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad una y otra vez hasta que llegan a su nivel de incompetencia». Qué error promover a los que hacen mejor su trabajo!, porque quizá acabarán teniendo que hacer lo que no saben hacer.
J. Peter también advierte de algunas excepciones en su principio. Una muy popular hoy en día, sobre todo en el mundo institucional y es la «patada-hacia-arriba«, es decir alguien que ya es un incompetente en su posición actual es premiado con un ascenso para desarrollar una nueva incompetencia, pero ahora con más responsabilidad. En otros casos documentados demuestra que las capacidades atípicas como la super-incompetencia y la super-competencia llevan a un mismo resultado: el despido.
Nuestro protagonista, al estudiar los mecanismos de promoción observó que el modelo «push» que activa el mismo interesado para su promoción trabajando duro y mejorando la formación, no conduce a un ascenso tan rápido como el modelo «pull» donde los superiores identifican al candidato, lo mentorizan y promueven directamente.
Scott Adams, creador de la famosa tira cómica Dilbert, se inspiró con el principio de Peter y según él mismo, lo mejoró bautizándolo como principio de Dilbert. Afirma irónicamente que en realidad el motivo que explica por qué los empleados incompetentes son promovidos a puestos directivos es que alejándolos de los que trabajan bien, hacen el menor daño posible a la organización que los paga.
Todos estos principios que van en contra de la competitividad y del desarrollo profesional, si aparecen, lo hacen en entornos con un modelo organizativo jerárquico. Afortunadamente cada día hay más empresas que siguen otras tendencias horizontales, matriciales o autoorganizadas donde las capacidades personales se pueden desarrollar de forma mucho más satisfactoria, justa y eficiente para todos, siguiendo la filosofía «Agile» por ejemplo.