Las suaves e imprescindibles habilidades emocionales y digitales
Quizás hayas escuchado un anglicismo que cada día es más común en referencia a competencias o habilidades: «soft skills» y también «hard skills». A partir de ahora las llamaré, habilidades suaves o blandas y habilidades duras.
Las habilidades duras normalmente se logran mediante la experiencia práctica o la educación. Las habilidades suaves se incorporan de forma menos precisa, como serían los comportamientos vinculados a la inteligencia emocional. Una frase y excusa habitual para no aprender un conocimiento digital básico es la de «Yo no soy técnico». El argumento ha funcionado hasta ahora porque se consideraban las nuevas habilidades del mundo digital como duras y, por tanto, delegables en los técnicos. Incluso en la tonada de la expresión subyacía una cierta soberbia al defender lo que ha funcionado siempre como lo importante y la novedad superficial y evitable. El problema es que ahora el mundo digital es el mundo y no podemos elegir salir de él porque lo rodea todo.
Con el auge de la era digital, las habilidades blandas, emocionales y también digitales, son cada vez más relevantes para el éxito. Las capacidades de leer las emociones de los demás y transmitir mensajes de forma adecuada a través de plataformas digitales son cada vez más necesarias y se incorporan a la vida como competencias básicas que no es preciso estudiar específicamente, disponer de una titulación específica para dominarlas.
El pasado miércoles asistí a la presentación del libro «Digital Soft Skills» escrito por Blanca Espina y Andrés Raya. En su libro demuestran cómo las habilidades digitales intervienen de forma definitiva en la supervivencia de puestos de trabajo y de empresas. Me interesa especialmente cómo explican la interacción de las competencias digitales con las emocionales.
Las competencias más valoradas en el liderazgo son empatía, capacidad de comunicación, adaptabilidad, liderar como un entrenador y fomentar la confianza. Son del tipo suave, es decir, no se pueden adquirir solamente estudiándolas. Y no pueden transmitirse si no van acompañadas de habilidades digitales. Por este motivo recomiendo la lectura del libro «Digital Soft Skills» porque, como explican muy bien Blanca y Andrés ya no se pueden delegar. En el turno de palabras durante la presentación del libro, un asistente reivindicó el derecho a seguir haciendo lo que siempre ha funcionado, sin utilizar las habilidades digitales. Lo interpreté como una resistencia al cambio similar a la que retrata magistralmente la película «The Artist» que en 2011 ganó cinco Oscar. Mostraba la lucha de un actor estrella del cine mudo, George Valentin a no decir nada en los rodajes defendiendo lo que había sido la base de su éxito hasta ahora: «a mí no me pagan por hablar», reivindicaba «lo siento George el mundo ha cambiado, ahora el mundo habla” fue la respuesta del empresario justo antes de despedirlo cancelando su contrato.