Si quieres innovar, no te fíes de los expertos
Una persona experta es alguien con competencia amplia y profunda, con conocimientos, habilidades y experiencias que ha conseguido gracias a práctica y educación en un campo concreto.
Los expertos están sobrevalorados cuando intentan prever el futuro en los ámbitos que más dominan.
Un experto, Tomas J. Whatson (presidente de IBM) afirmó en la junta directiva de su empresa en 1944, afirmó que en el mundo del futuro solamente habría para cinco ordenadores.
Otro experto, Ken Olson, presidente de Digital Equipment, importante marca de la industria informática de los 1970-80 confirmó que «No hay ninguna razón para que un individuo tenga un ordenador en su casa».
IBM vendió su primer ordenador doméstico hace cuarenta años, diseñado y dirigido por el equipo de Don Estridge en Boca Raton, Florida, en agosto de 1981 y se volvieron a equivocar porque sus expertos en mercadotecnia anticiparon unas previsiones de venta un 800% más baja que la demanda real.
«¿Quién demonios quiere escuchar hablar a los actores?», Se preguntaba en 1927, en pleno auge de cine mudo y ante la innovación del sonoro Harry Warner, uno de los fundadores del imperio cinematográfico que lleva su apellido.
Los expertos, aún más que el resto de mortales, conducen hacia el futuro mirando al retrovisor carreteras del pasado que dominan perfectamente. Los ingredientes que cocinan en sus oráculos divinos son, un ego exitoso y el deseo de que no cambie nada para no dejar de ser expertos y volver a la cola de los que «todavía tienen que aprender».
El método Delphi (nombre tomado del oráculo de Delphos) era una técnica prospectiva utilizada para obtener información sobre el futuro en el que intervenían exclusivamente expertos en cada tema a investigar Se desarrolló en los inicios de la guerra fría para predecir el impacto de la tecnología sobre el conflicto. En mi opinión ha quedado desfasado. En el universo disruptivo en el que vivimos buscamos otras técnicas que conecten mejor con la incierta realidad.
Colaboro habitualmente en la moderación de talleres de gestión del cambio y co-creación con el equipo de Connecting Brains, empresa referente en el sector. Para las prospecciones solicitamos a un grupo heterogéneo de personas (propietarios de la idea, expertos, clientes, usuarios, no usuarios, etc. ) que nos ayuden a prever el éxito futuro de una innovación en un nuevo servicio o producto.
Para obtener la máxima certidumbre en las previsiones lo primero que tenemos que hacer es no dar por supuesto nada, no asumir automáticamente como cierto lo que lo era hasta el momento, imaginar nuevas soluciones desde la perspectiva de aprendizaje y evitar la «infalibilidad» de un experto en el tema. Como se pueden imaginar no es fácil. A todos y a todas, a mí también, nos cuesta renunciar a lo que ya sabemos, a lo que ha formado parte de nuestro éxito profesional, a lo que dominamos perfectamente para tirarnos a una piscina en la que quizás no hay agua. Por este motivo, cuando te enfrentes con la necesidad de encontrar un nuevo camino, si lo buscas la verdad, ya sea en un ámbito profesional o personal, te debes preguntar: ¿qué está en juego?. Y lo primero que deberás hacer es despojarte… deshacerte… prescindir del resultado de la respuesta.