Esa creatividad tan difícil de aplicar…

Publicado originalmente en polinomi.com

La creatividad, uno de los grandes retos y una de las grandes esperanzas de toda empresa para conseguir sus objetivos: hacer crecer el negocio, exportar, introducir en el mercado nuevos productos, salir de la precaria situación que ha generado la crisis…

Cada vez tenemos más claro que en la potenciación de la creatividad depende en buena parte el futuro de nuestras empresas. Creatividad aplicada en todos los ámbitos y practicada por todos los empleados.

Y sin embargo, las cosas no van como deberían para avanzar en este sentido. Los datos extraídos de una encuesta que iStock by Getty Images realizó en la Advertising Week 2013 de Nueva York son significativos:

  • El 48% de los creativos cree que los niveles de creatividad en su sector se han estancado o han disminuido.
  • El 23% invierte menos de dos horas al día en crear.
  • El 70% querría invertir más tiempo en potenciar su creatividad.
  • El 60% afirma que a lo largo del año pasado tuvo ideas creativas, que no pudo materializar por no contar con esta financiación, o con este tiempo, o con ninguno de los dos.

Es cierto, no hay dinero para invertir, no hay tiempo que perder, a veces no se encuentran apoyos en las altas esferas. Pero existe también otro problema, y es que, por mucho que hablemos de las bondades de la creatividad, en muchos casos todavía no la hemos interiorizado de verdad. Es un problema de educación.

mano pintura

Hemos visto en TED un vídeo revelador, en el que un escritor coreano explica por qué tenemos que empezar a ser artistas... ¡inmediatamente! De niños, asegura, todos somos artistas. Pero crecemos y nos vemos en la obligación de socializarnos para integrarnos con nuestro entorno, de atender a las normas, de no hacer lo que no se debe hacer. Y por el camino vamos dejando de lado habilidades innatas que, en la edad adulta, nos serían tremendamente útiles, no únicamente para ser artistas, también para ser creativos.

Si de niños nos hubieran dejado crear a nuestro antojo, si nos hubieran educado en base a unos principios más abiertos, si hubiéramos podido pensar, actuar y expresarnos a nuestras anchas… ¿importarían hoy tanto la falta de dinero, la falta de tiempo o la falta de apoyos? ¿O seguiríamos creando a pesar de todas las trabas porque estaría incorporado en nuestra cultura y en nuestra mentalidad?

Young-ha Kim, el escritor coreano, opina que todavía estamos a tiempo de arreglar el desaguisado. Empecemos a ser artistas de nuevo.

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